Para despegar, un avión combina el empuje de sus motores con la sustentación generada por sus alas para superar la gravedad. El proceso se desarrolla a lo largo de la pista y se puede desglosar en varias fases clave:
1. Generación de empuje
- El avión avanza hasta la cabecera de la pista.
- El piloto aumenta la potencia de los motores, los
cuales generan una fuerza de empuje hacia adelante. En el caso de los
motores a reacción, esto ocurre al aspirar, comprimir y quemar aire con
combustible para expulsar gases a gran velocidad.
2. Aceleración en la pista
- El avión acelera a gran velocidad a lo largo de la
pista. Esta maniobra se realiza casi siempre en contra del viento,
ya que esto facilita la creación de sustentación y requiere menos
velocidad para el despegue.
- A medida que el avión se desplaza, el flujo de aire
sobre las alas aumenta.
3. Creación de sustentación
- Las alas están diseñadas con una forma curva en la
parte superior (conocida como perfil alar).
- El aire que pasa por encima de la curva del ala lo
hace más rápido que el que pasa por la parte inferior plana.
- Esta diferencia de velocidad crea una diferencia de
presión: menor presión en la parte superior del ala y mayor presión en la
parte inferior.
- La diferencia de presión genera una fuerza
ascendente, llamada sustentación, que levanta el avión en el
aire.
4. Rotación
- Cuando el avión alcanza una velocidad de despegue
específica (llamada "velocidad de rotación"), el piloto tira
suavemente de los controles.
- Este movimiento hace que la cola baje y que la
nariz del avión se eleve, aumentando el ángulo de las alas en relación con
el viento (el ángulo de ataque).
- El aumento del ángulo de ataque incrementa aún más
la sustentación, permitiendo que el avión se eleve por completo del
suelo.
5. Retracción del tren de
aterrizaje
- Una vez que el avión está en el aire y la fase de
ascenso es segura, el piloto retrae el tren de aterrizaje. Esto reduce la
resistencia del aire y mejora la eficiencia aerodinámica.
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